A estas alturas prácticamente nadie discute que estar bien alimentado y practicar ejercicio físico son dos pilares básicos para estar sano. O dicho de otra forma, el sedentarismo y una nutrición deficiente están en el origen de muchas de las enfermedades que padecemos.
Y dentro de estar bien alimentado podemos incluir tanto lo que obtenemos a través de la dieta como lo que obtenemos vía suplementación.
Por supuesto, siempre van a existir enfoques que se salgan un poco de la norma. A lo mejor has escuchado esto alguna vez: “Yo corro todos los días unos 10 km y así puedo comer todo lo que quiera”.
O quizá conozcas algún caso cercano de personas que pasan de la cama al coche, del coche a la silla de la oficina, de la silla de la oficina al sofá y del sofá a la cama. Y vuelta a empezar.
Generalmente ninguna cosa es buena en exceso, ni tampoco por defecto.
Hacer ejercicio físico cada día no nos da derecho a vivir a base de bollería industrial, ya que seguramente a medio plazo y tras realizar las pertinentes analíticas podríamos ver que no estamos en las mejores condiciones a nivel fisiológico.
En cualquier caso, está ya más que demostrado que el sedentarismo está relacionado con numerosos problemas de salud, por lo que realizar ejercicio físico de manera habitual es fundamental en nuestro día a día.
Si aún no te has animado a ponerte en marcha, aquí van diez razones que quizás te ayuden a motivarte:
1) Numerosos estudios han asociado la práctica de ejercicio físico con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, respiratorias, diabetes o cáncer.
2) La práctica de ejercicio físico ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Además, también puede favorecer una mejora en el estado de ánimo.
3) Hacer ejercicio ayuda a perder peso. Y aunque lo habitual es pensar en cardio, es muy importante también incorporar alguna sencilla rutina de fuerza. El ejercicio de fuerza también ayuda a perder peso y además contribuye a la prevención de la sarcopenia y otros problemas de salud muscular, e incluso ósea.
4) Dependiendo del tipo de ejercicio que practiquemos éste puede ayudarnos a corregir la postura, mejorar determinados problemas de espalda y mejorar la flexibilidad general. Actualmente los problemas de espalda y las lesiones en la columna vertebral afectan a multitud de personas. El pilates o el yoga pueden ser dos buenas opciones en este caso.
5) El ejercicio puede contribuir a mejorar la coordinación, la velocidad de reacción y el equilibrio, ayudándote a mantenerte ágil y evitar posibles caídas o lesiones ocasionadas por algún mal tropiezo, torpeza, falta de reflejos y similares.
6) Ayuda a fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis. De nuevo en este caso los ejercicios de fuerza juegan un papel importantísimo.
7) Ayuda a mejorar la resistencia. Con todo lo que esto conlleva: ¿No puedes seguirles el ritmo jugando a tus hijos o tus nietos? ¿Terminas agotado simplemente por ir de compras? ¿Renuncias a algunos planes un poco más aventureros con tu familia o amigos por no sentirte “en forma” para ello? Practicando ejercicio de forma habitual estarás más que dispuesto para cualquier plan que te propongan.
8) Te aporta energía extra. Para todo lo del punto anterior o cualquier cosa que se te ocurra. No solo hay que tener la resistencia para aguantar, también la energía que nos ayude a ponernos en marcha.
9) Ayuda a mejorar tu rendimiento intelectual. Cada vez más estudios relacionan la práctica de ejercicio físico con una mayor capacidad intelectual: mejor memoria, más capacidad de atención, mantener la concentración por más tiempo…
10) Ayuda a fortalecer el sistema inmune. Se ha comprobado que el ejercicio ayuda a fortalecer las defensas, pero en este punto hay que tener en cuenta también que el deporte puede ser un factor que acelere la oxidación celular, por lo que a partir de ciertos niveles de exigencia en los entrenamientos recurrir a un antioxidante puede ser tan importante como la toma de recuperadores, fórmulas proteicas o determinadas vitaminas o minerales.


