¿Por qué envejecemos?
Este es uno de los grandes temas de debate. ¿Por qué envejecemos? ¿Qué es lo que hace que estemos día a día más arrugaditos, flácidos, con menos vitalidad y menos recursos? Y la pregunta, ¿es posible frenar esta cascada de desastres?
La respuesta es sí y no. Depende.
Envejecemos porque nuestros genes se lesionan. Se estropean con el tiempo porque se van desgastando por el ataque de agentes exógenos y endógenos. Por ejemplo, la polución los estropea, los “ensucia”.
También envejecemos porque los telómeros se acortan. Los telómeros son los bordes de los cromosomas. Ahora bien, curiosamente me contaba el otro día Angel Durántez que el ha visto como se acortan ¡y se alargan! Así que aquí también podemos meter mano aunque no se sabe bien cómo.
Esto es lo que tiene la ciencia y la medicina. Es hipermultifactorial.
Nuestro organismo puede surgir enfermedades degenerativas porque no eliminemos bien algunas proteínas que tienen una función y luego deben irse. Es el caso del Alzheimer. Aquí la proteína que se aglomera y bloquea el correcto funcionamiento neuronal es la llamada proteína beta amiloide.
Y, por último, otra de las razones por las que envejecemos es porque nos oxidamos. Igual que un tornillo se pone herrumbroso, nuestras células se van atrofiando.
- Una breve lección de anatomía y física.
Nuestro cuerpo está formado por miles de millones de células. Las células están formadas por moléculas. La molécula por átomos y éstos en su centro tienen electrones girando y estabilizando la molécula.
Y así todo funciona.
Ahora bien, una parte de las funciones que realiza nuestro cuerpo, por ejemplo respirar o metabolizar alimentos, desestabilizan este orden interno de las moléculas. Y el caos, que es el primo hermano del orden (como bien nos enseñó Peterson), genera radicales libres.
Y aquí una pequeña defensa ante estas moléculas inestables y que tantas malas vibes generan.
Una de las maneras de combatir invasores en nuestro sistema inmune es con radicales libre que les atacan y bombardean. Así es como funcionan los linfocitos. Son nuestros soldados defensores pero hay que mantenerlos a raya.
El problema empieza cuando el número de Radicales Libres se dispara. Igual que cuando nuestros genes se deterioran, o cuando no eliminamos bien las proteínas que están destinadas a hacer una función determinada y luego marcharse, los radicales libres no pueden ser más de X.
Ancora.
El cuerpo está preparado para combatir los radicales libres que son tan necesarios para las funciones que ya hemos mencionado: respirar, metabolizar alimentos o luchar contra invasores. El cuerpo genera unos compuestos moleculares llamados antioxidantes. Neutralizan la acción de los radicales libres porque liberan los electrones que están buscando y por lo tanto estabilizan o neutralizan los radicales libres que sobran.
El estrés oxidativo surge cuando hay muchos más radicales libres que Antioxidantes.
En ese momento se rompe el equilibrio y los radicales libres que son muy activos empiezan a atacar (a buscar su electrón) alterando y dañando células sanas.
Surge la oxidación, la inflamación y la enfermedad si esto se produce a gran escala.
La buena noticia, que ya todos conocéis, es que se pueden aportar armas neutralizantes que adormezcan del todo estos soldados que se desestabilizan el organismo.
Se ha encontrado la manera de reforzar y frenar la oxidación a través de la alimentación y a través de la suplementación.
Pero antes de entrar en la solución y los tipos de antioxidantes que hay (que son dos grupos fundamentalmente) me gustaría daros otra buena noticia.
Hoy ya se puede medir el nivel de estrés oxidativo de vuestro organismo. En concreto podéis medir vuestra capacidad antioxidante y el nivel de oxidación de vuestro organismo.
La prueba d-Rom analiza los Metabolitos de Oxígeno Reactivos o llamados los hidroperóxidos. Se mide en Unidades Carratelli -que es quién inventó está herramienta-. Se hace mediante un análisis de sangre. El rango normal según el dr. Cardona es de 250 a 300 unidades Carr.
Además, te puedes realizar una prueba llamada PAT que permite ver la capacidad antioxidante de tu plasma (PAT sands for Potencial Antioxidante Sistémico o de Plasma). También en sangre. Y el dato correcto es por encima de 20000 unidades Cor el cuerpo se puede defender bien de los radicales libres.
Una vez visto que se puede medir el nivel de estrés oxidativo me gustaría comentar algunos de los efectos que tiene tener una superpoblación de radicales libres sin controlar.
El estrés oxidativo y la inflamación crónica:
aceleran el envejecimiento
son el detonante de enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares, artritis, dermatitis, enfermedades autoninmunes
reducen de la generación de energía ATP
y por supuesto todas las que se pueden observar como son la flacidez, pérdida de color en la piel, calidad del pelo, etc…
Y ¿Cómo ayudar al organismo a combatir este exceso de RL?
Aportando antioxidantes. Es la única manera.
- Tipos de antioxidantes:
Y aquí llega el regalo, te voy a explicar qué tienes que tomar para ayudar a tu cuerpo a estar en equilibrio y evitar la oxidación:
Hay dos tipos de Antioxidantes:
-1) Los endógenos -los que como os comenté- que genera el organismo: coenzimas, catalasa, glutatión, superóxido de dismutasa, entre otros.
-2) Los exógenos, aquellos que el organismo no genera pero que pueden ser aportados por una fuente externa: minerales como el selenio, germanio, zinc, vitaminas C y E, flavonoides, licopenos, luteínas, etc.
Como bien dice el nombre, los endógenos son los que genera nuestro organismo que cuando pasa el tiempo y se ve bombardeado por alimentación inadecuada, micronutrientes insuficientes o desequilibrados: vitaminas, minerales, coenzima Q10, omega3, omega6, aminoácidos, etc…; exceso de contaminantes, exceso de sol y de deporte, por supuesto alcohol, tabaco, fármacos o incluso el estrés diario, hace que sus reservas se vayan mermando y se vayan acumulando un exceso de radicales libres que va creciendo y el organismo se va deteriorando, oxidando, atrofiando.
Por otro lado, existen los antioxidantes exógenos que son aquellos que no son generados por el organismo y nos llegan de fuentes externas, fundamentalmente a través de la naturaleza: vegetales y frutas.
Por ejemplo, el vino que, gracias a sus polifenoles que son altamente antioxidantes, se ha hecho tan famoso. Pero además del vino, hay frutos y vegetales en la naturaleza que tienen unos ingredientes que han demostrado su efectividad a la hora de reequilibrar -y ya sabemos que se pude medir- los niveles de estrés oxidativo.
En Longevitas hemos abordado este tema desde estos dos puntos de vista.
Ayudando al organismo a disponer de antioxidantes biosimilares al que él genera, es decir aportando antioxidantes ENDÓGENOS o iguales a los que el organismo genera: Y ahí está nuestra Fórmula Ubiquinol, y al mismo tiempo hemos diseñado una formula para aportar al organismo antioxidantes EXÓGENOS, aquellos que provienen de la naturaleza, Mamberry.