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Durante años hemos oído hablar de la vitamina D como clave para mantener nuestros huesos fuertes, especialmente en edades avanzadas o durante el invierno. Pero en los últimos tiempos, la ciencia nos invita a ir un paso más allá: la verdadera sinfonía para nuestra salud ósea y nuestra inmunidad no se toca en solitario. Requiere de un dúo afinado. Hablamos de la vitamina D3 y la vitamina K2, dos nutrientes que trabajan en perfecta armonía para reforzar el cuerpo desde dentro.
La vitamina D3: mucho más que “la del sol”
La vitamina D3 (colecalciferol) es, probablemente, una de las más estudiadas y recomendadas en los últimos años. La razón es simple: interviene en múltiples procesos esenciales para el organismo. No solo contribuye al mantenimiento de huesos y dientes, sino que participa activamente en el funcionamiento del sistema inmunológico, el metabolismo del calcio, la salud muscular e incluso el estado de ánimo.
Nuestro cuerpo puede sintetizarla gracias a la exposición solar, pero lo cierto es que una gran parte de la población presenta niveles insuficientes, especialmente en los meses fríos, en personas mayores, o en quienes tienen una vida principalmente en interiores.
Pero… ¿qué hace la vitamina K2?
La vitamina K2, menos conocida pero igual de fundamental, actúa como una especie de guía. Su misión es ayudar a que el calcio —ese mineral que tanto asociamos a la fortaleza ósea— se deposite en el lugar correcto: los huesos. Al mismo tiempo, evita que se acumule en arterias y tejidos blandos, donde podría generar efectos indeseados.
Sin suficiente K2, la suplementación con vitamina D3 podría no ser tan eficaz como pensamos. O incluso, en algunos casos, contraproducente. Por eso, tomarlas juntas es una decisión inteligente y basada en evidencia científica.
Un tándem esencial para huesos e inmunidad
Vistas por separado, la vitamina D3 y la K2 ya son importantes. Pero es al unirse cuando revelan su verdadero potencial. Juntas:
- Contribuyen a una óptima mineralización ósea, ayudando a prevenir la descalcificación y la fragilidad con el paso del tiempo.
- Fortalecen el sistema inmune, especialmente en épocas de mayor exposición a virus.
- Apoyan la salud cardiovascular al favorecer una correcta distribución del calcio en el organismo.
Es la combinación ideal para quienes quieren envejecer con fuerza, con movilidad, y con un sistema defensivo robusto y vigilante.
Y la ciencia, ¿qué nos dice?
La prestigiosa revista científica Frontiers in Nutrition publicó en junio de 2023 una revisión donde se destacaba el papel sinérgico de la vitamina D3 y la K2 en la salud ósea y cardiovascular. Según los autores, la suplementación conjunta podría tener un efecto preventivo clave frente a enfermedades degenerativas del hueso y calcificación arterial. La evidencia sigue creciendo.
Nuestra propuesta en Longevitas: sabia, simple, efectiva
En Longevitas creemos en una suplementación que respeta la biología y la potencia. Por eso, nuestras fórmulas de vitamina D3 (4.000 UI) y vitamina K2 (menaquinona MK-7, 90 µg) están diseñadas para actuar de manera complementaria, con la máxima absorción y sin aditivos innecesarios. Una combinación sencilla, precisa y potente para quienes quieren cuidarse con inteligencia.
No se trata de sumar por sumar, sino de alinear lo que tu cuerpo necesita con lo que el tiempo puede darte.
“La salud no es simplemente la ausencia de enfermedad. Es la manifestación silenciosa de un cuerpo en equilibrio.”
— Dr. Ángel Durántez, médico especialista en medicina preventiva.
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